El Pleno del Ayuntamiento de Jerez, presidido por la alcaldesa María José García-Pelayo, ha aprobado conceder la Medalla de Oro de la ciudad a la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, María Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción y San Juan Bautista. Esta distinción se otorga en reconocimiento a su labor solidaria con los más necesitados, coincidiendo con la celebración del 400 aniversario fundacional de la corporación.
La propuesta ha sido aprobada con los votos favorables de PP, Vox y PSOE, y el voto en contra del grupo La Confluencia.
La sesión plenaria comenzó con un minuto de silencio en memoria del Papa Francisco, fallecido en la jornada anterior, gesto promovido por la alcaldesa.
El delegado de Cultura y Fiestas, Francisco Zurita, explicó que el procedimiento para esta concesión se inició el 17 de marzo con acuerdo de la Junta de Gobierno Local, y que el expediente fue debidamente instruido, contando con la presencia en el Pleno del hermano mayor, Javier Román, y miembros de su Junta de Gobierno.
Zurita subrayó que esta distinción reconoce la trayectoria de una hermandad fundada hace cuatro siglos por jerezanos de profunda fe, que ha logrado mantenerse firme a pesar de momentos históricos adversos como el Decreto de Supresión de Cofradías de 1771, la revolución liberal de 1868, los disturbios de 1931, o la Guerra Civil.
Asimismo, destacó que la hermandad ha mantenido una constante obra de caridad durante cuatro siglos, especialmente desde su llegada a la capilla del Refugio de los Desamparados. Esta labor social ha crecido con los años, con mayor implicación en la formación humana y religiosa, así como en la asistencia social.
Un ejemplo de esta evolución fue la creación de la Asociación de Fieles ‘Paz y Aflicción’, centrada en la asistencia a domicilio de personas mayores, y que dio paso a la Fundación Paz y Aflicción. En la actualidad, la hermandad canaliza su acción solidaria a través de la bolsa de caridad ‘San Juan Bautista’.
Para finalizar, el delegado municipal puso en valor el auge que ha experimentado la hermandad en el siglo XX y en los últimos años, siendo un referente en la Semana Santa jerezana y un pilar en la proyección cultural y religiosa de la ciudad.