En el transcurso de la Solemne Función de la Virgen de la Esperanza se comunicó por ambas Hermandades esta declaración de intenciones con la rúbrica conjunta de una patente cuyo contenido literal reproducimos a continuación:
PATENTE COMPROMISO DE HERMANAMIENTO
La Pontificia y Real Archicofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Valle Coronada, San Juan Evangelista y San Pedro González Telmo, junto a la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de las Sagradas Cinco Llagas de Cristo, Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis y María Santísima de la Esperanza de la ciudad de Jerez, previo acuerdo entre ambas entidades Eclesiales, quieren postrarse en el día de hoy con este acto que vamos a vivir, a los pies de la Madre y Señora de todo lo creado, recurriendo a su Maternal protección en las advocaciones del Valle y la Esperanza.
Manifestando y afirmando, como ya lo hizo el Papa Pío XII en su encíclica “Ad Coeli Rginam”, que la Realeza y la existencia de la Virgen María se compenetran. Nunca fuera de Jesús tuvo el Verbo un alcance tan verdadero y tan sustantivo. Su Realeza, al igual que su Maternidad, no es en Ella un accidente, pues fue toda su razón de ser. Predestinándola el Cielo desde los albores de la Eternidad, para ser Reina, Madre y Señora de Misericordia.
Reconociendo la Hermandad de la Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis y María Santísima de la Esperanza, como así mismo la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Madre del Valle, que la Realeza de María estriba en su Maternidad Divina, pues Dios quiso hacerse carne en el seno de una mujer Bendita entre todas las mujeres, asociando esta Realeza desde el momento de su Divina Maternidad a su acción Corredentora. Este hecho anuncia a la Virgen como Madre y Señora de la máxima Dignidad, Alteza y Misión Reales.
Por tanto, en el día de hoy, que desde tiempo inmemorial los católicos en España celebran la Fiesta más solemne con la que se aclama a la Virgen María, y que desde el principio de los tiempos cristianos, ya celebraban la misma como la única Festividad Mariana en el año, siendo ésta la Festividad de Santa María. Reconocemos como ya hicieron en el Concilio X de Toledo los Santos, San Eugenio, San Fructuoso de Braga y San Ildefonso, que esta Festividad se asocia directamente con la Maternidad Divina de María, celebrándose en el octavo día antes de la Navidad del Señor, quedando como día celebérrimo y preclaro en honor a Su Santísima Madre, la advocación de la Esperanza.
Por tanto, siendo documentado por la Tradición y la Sagrada Liturgia, que la Realeza de María se apoya en su Divina Maternidad, apareciendo entrelazadas la Realeza del Hijo y de la Madre en esta Sagrada Escritura, como así mismo en la tradición viva de la Iglesia, reconocemos y apoyamos públicamente lo que Su Santidad el Papa Pío XII aseveró en el año del Señor de 1954, afirmando que el mensaje del Arcángel es mensaje de un Hijo Rey y de una Madre Reina. Y así como Cristo por la Redención es nuestro Señor y nuestro Rey, así mismo también la Bienaventurada Virgen es nuestra Señora y nuestra Reina, al ser Madre de Cristo Dios, estando asociada a la Obra del Divino Redentor y participando en la dignidad Real de Aquél.
Y como prueba de reconocimiento a la Realeza de María y Su Maternidad Divina, nuestras dos entidades Religiosas, quieren hacer patente mediante este documento en este acto público, la renovación de nuestro vasallaje espiritual a la Madre y Señora, con fervor y piedad entrañables.
Del mismo modo nos ponemos a los pies de nuestras dos advocaciones Marianas para que nos guíen por el difícil trance de la vida terrena, venerándolas en este acto filialmente, haciendo público en este día nuestro compromiso de Hermandad, Amistad, Agradecimiento y Afinidad institucional, que procederemos a elevar a la Autoridad Eclesiástica para darle la oficialidad correspondiente y necesaria, obteniendo de esta forma eficacia jurídica.
En fe de lo cual y para debida constancia, se extiende esta patente con el Vª Bª de los dos Hermanos Mayores, en la Ciudad de Jerez de la Frontera a los Dieciocho días del mes de Diciembre del Año del Señor de 2019, Festividad de la Esperanza.