Nueva gozosa jornada la vivida este pasado viernes en la Capilla del Voto, de la Iglesia de San Francisco, sede canónica de la Hermandad de las Sagradas Cinco Llagas de Cristo. Comenzó la convocatoria vespertina con una concurrida Santa Misa de Hermandad que, predicada por el padre don José Hachero Álvarez y contándose con la presencia de una amplia comisión del Cabildo de Oficiales de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración encabezada por su actual Hermano Mayor José Manuel García, estuvo dedicada al sufragio del alma del muy recordado y ejemplar cofrade que fuese durante muchas décadas de esta cofradía del Silencio Blanco don Uberto Piñán Rodríguez –que su santa gloria goce- a la sazón Medalla de Oro de la corporación y Hermano Mayor en funciones durante los años 1.981 y 1.982. La Eucaristía, presidida por la Junta de Gobierno de esta institución penitencial, contó con la participación lectora de hermanos como José Andrades Borrego, Jorge Pérez Ponce y José María Simón. Se bendijo un precioso broche para María Santísima de la Esperanza, donación anónima de un devoto.
Seguidamente se procedió al desarrollo de una nueva ponencia enmarcada en el denso programa de actividades del LXXV Aniversario de la Reorganización de la Hermandad. En esta ocasión, bajo la docta palabra y el especializado conocimiento de don Ramón de la Campa Carmona – licenciado en Filología Clásica, cofrade sevillano y experto en Liturgia e Iconografía- quien dictó –apoyado en un ilustrativo trabajo en PowerPoint- la ponencia elaborada ex profeso para la ocasión cuyo título – ‘La Jerusalén importada tras las huellas de Cristo: el viacrucis’- interesó sobremanera a los cofrades de las Cinco Llagas. El hermano secretario don Ernesto Romero del Castillo tuvo a su cargo la preceptiva presentación curricular del conferenciante destacando la prolija nombradía académica de quien minutos después ocuparía la tribuna de oradores.
Ramón de la Campa, evidenciando sobradas tablas del dominio de la oratoria, encandiló al público asistente con un estudio investigado expresamente para dicha exposición. Abundó en aspectos como la elaboración del vía-crucis como un ejercicio devocional, contemplativo; el corazón de la vía-crucis en la vía dolorosa, cómo este señalamiento en las construcciones dentro de la iglesia no se implanta hasta finales del siglo XVII, el Complejo de San Esteban de Bolonia, las Cruzadas (1095-1291), una revolución espiritual: la devotio moderna; San Francisco y la Pasión del Señor; San Francisco y la Custodia de Tierra Santa; Santa Brígida de Suecia (su devoción a la Pasión de Cristo se mostró hasta en el hábito de su congregación. Las quince oraciones de Santa Brígida sobre la Pasión del Señor para ser rezadas durante un año son un auténtico itinerario o recorrido); indulgencias para la Vía Sacra de Jerusalén; un peregrino del siglo XIII recorre la Vía Sacra: el dominico Ricoldo de Monte Crucis; las estaciones de Jerusalén; la Jerusalén importada; los Sacros Montes de Piamonte y Lombardia; la difusión del ejercicio del vía-crucis, en Italia especialmente por el franciscano genovés San Leonardo de Porto Maurizio; el comienzo de los devocionarios que tienen catorce oraciones; Sevilla y el vía-crucis de la Cruz del Campo y el vía-crucis bíblico de San Juan Pablo II. Al término de la brillantísima intervención, el Hermano Mayor de las Cinco Llagas, don Juan Lupión Villar, entregó al sr. de la Campa un recuerdo consistente en artística reproducción del logo del LXXV Aniversario con placa dedicada obra del hermano de esta cofradía y destacado orfebre jerezano don Miguel Ángel Camas Soto.