Tras varios días pendientes de los partes, por fin pudimos vivir una gran jornada sin tener que mirar en el móvil la aplicación del tiempo y solamente consultándolo para ver por donde discurrían las cofradías.
La jornada comenzó minutos antes de las tres de la tarde, cuando se abrieron las puertas de la parroquia Santa María Madre de la Iglesia en la barriada de La Granja y los cofrades del Soberano Poder comenzaban su estación de penitencia.
Horas más tarde, se abrían las puertas en la plaza de San Mateo para dar paso a la Hermandad de Santa Marta.
Cabe destacar el gusto exquisito de los cofrades de las Tres Caídas que han sorprendido a los cofrades con el paso del Señor de las Tres Caídas, que salió sin sus clásicos hachones, que han sido sustituidos por cuatro faroles adquiridos a una hermandad de la vecina localidad de El Puerto de Santa María. También lució por primera vez la túnica bordada del Señor, que estrenó con motivo de las bodas de diamante de la fundación de la hermandad.
El barrio de Santiago se vestía con sus mejores galas para recibir al Señor del Prendimiento, que este año realizó por última vez su salida desde la capilla del asilo San José, ya que el año próximo volverá a realizar su salida desde la iglesia de Santiago.
Este año el paso de palio del Desamparo presento la primera fase de su restauración. Los arreglos no eran visuales ya que se trata de una nueva parihuela, que arregla un problema de distorsión de medidas entre el palio y la mesa. Esto ha implicado la ampliación de los bordados del respiradero delantero y del faldón frontal, así como del baquetón.
Desde la coqueta capilla del barrio de El Pelirón realizaba su estación de penitencia la Hermandad del Consuelo que este año estrenaba el manto de salida de la Virgen así como una rosa de plata situada a los pies del Señor del Amparo.
Por último, la Hermandad de la Amargura caminaba por las calles de nuestra ciudad con su estilo clásico viviendo momentos tan especiales en su recorrido de regreso a la calle Medina.